Fue un día para conocerse o para recordar todas las aventuras de los campamentos del verano.
también hubo tiempo para el deporte, la oración y diversos juegos. Una manera buena de aprovechar las vacaciones de Navidad.
A eso de las 11.30 llegaron los más tempraneros de Sigüeiro y Santiago al pabellón del Colegio de Calasancios. Poco a poco se fueron animando los de la Coruña, Souto y aledaños y el partido ya estaba montado.
Fue una contienda reñida donde los dos bandos no dudaron en ningún momento de poner toda la carne en el asador. Es verdad que a alguno esto le valió algún pequeño percance fortuito aunque, sin duda alguna, dominó el fairplay a lo largo de la disputa. Siempre puede haber algunos roces dolorosos cuando se vive a tope el deporte de competición...
Muchas jugadas elaboradas y ensayadas que dejaban lugar también a la genial improvisación de aquellos con más chispa para la oportunidad. Cada uno en su sitio cumpliendo con su deber y arrojo sin tregua fue un cócktail que dio lugar a golazos antológicos y juego en equipo con mucha cabeza que daba gusto contemplar. Los más pequeños no se amedrentaban y, como David con Goliat, más de una vez los pequeñajos caneaban a los más grandes que se vieron sorprendidos por el arrojo sin disimulo generado por la inconsciencia de algunos.
Los equipos muy igualados, no así los distintos jugadores, llegaron al final a un merecido empate por ambas partes.
La cosa no podía acabar en tablas por lo que hubo que romper la paridad con una atronadora tanda de penaltis. Buenos "cañoneros" y aún mejores porteros fueron alargando el agónico final que fue satisfactorio para los dos rivales.
Al terminar el partido había que reponer fuerzas por lo que nos dirigimos rápidamente al centro de operaciones que llamamos el Portiño y preparamos una opípara comida en la que hubo de todo: bocatas, hamburguesas, bacalao, doritos, pizzas... Y bebidas, muchas bebidas isotónicas, hipertónicas y prototónicas para reponer todo el desgaste líquido que se vertió en forma de sudor en la competición mañanera.
Después un rato de oración que, corto, e intenso, nos ayudó a centrarnos en las fiestas de Navidad que estamos celebrando. Hay que dar alimento y deporte al cuerpo pero sin descuidar el alma que necesita también algo de ejercicio y reponer fuerzas.
Se montaron enseguida, como por arte de magia, dos partidas paralelas del famoso Bang! que ya nos había dado tantas satisfacciones en los campamentos de verano. Los más avezados en el juego fueron enseñando a los novatos que poco a poco se convirtieron en temidos forajidos o implacables servidores de la ley y el orden. Comienzan los disparos y el reparto del botín. Los forajidos envueltos en el engaño pretenden confundir a los ayudantes del sheriff y hacer volver sus armas sobre los sorprendidos compañeros de oficio. Todo vale: la dinamita, el duelo, el ataque indio y el enfrentamiento cuerpo a cuerpo o la traidora ametralladora gathling.
Más de uno tuvo que pasarse un tiempo en la cárcel reflexionando sobre sus fechorías pasadas hasta poder ser liberado y continuar con su actitud delictiva. En las dos partidas hubo de todo pero se puede decir que sobre todo ganaron los buenos y hubo que repartirse la recompensa por la captura de los forajidos.
Llegó el momento de la despedida y de la "foto de familia". Posamos, mientras pudimos, delante de las legendarias higueras del Portiño que, ahora sin hojas después de tantas peleas contra las furias que se desatan del cercano mar, hicieron de telón de fondo aguantando las sonrisas que son el resumen de una jornada en la que valió la pena estar nuevamente unidos.
Se rumorea que el próximo encuentro podría ser alrededor de Carnavales. ¡Estáte al loro y no que no se te escape! ¡A ver si esta vez se nos unen también los del sur de Galicia!
Para ver todas las fotos haz clic aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario